El vértigo de los terraplanistas

Un terraplanista en un momento de su intervención en el programa.

En el fondo, los terraplanistas son poetas. Su visión del mundo es la de un cuento infantil en el que hay dragones al final del mapa y un borde del que podrías caer si caminas demasiado lejos. Su rebeldía no es contra la forma de la Tierra, sino contra el vértigo que provoca aceptar que vivimos sobre una esfera que flota en el vacío.

El otro día vi un programa de Equipo de Investigación sobre los terraplanistas y sentí un mareo parecido al que se experimenta al asomarse a un precipicio. No porque crea que la Tierra es plana, sino porque entendí que, para ellos, la realidad es un precipicio.

Los entrevistados hablaban con una convicción envidiable. Uno de ellos aseguraba que, si la Tierra fuera una esfera, el agua de los océanos debería resbalarse. «Como en una pelota de playa», decía, sin pestañear. Otro afirmaba que los pilotos de avión están en el ajo, porque nunca corrigen la inclinación del morro para compensar la curvatura del planeta. Pensé en la vida de esas personas, en lo que debe ser abrir cada mañana los ojos y descubrir que todo el mundo —NASA, gobiernos, profesores de geografía— conspira para ocultar la verdad.

Los terraplanistas viven en una paradoja fascinante. Para demostrar que la Tierra es plana, organizan expediciones, lanzan globos con cámaras, diseñan experimentos científicos. Es decir, intentan desmontar la ciencia utilizando la ciencia. Y cuando los resultados no encajan con su teoría, no cuestionan la teoría, sino los resultados. Como si la realidad estuviera equivocada y no ellos.

En el fondo, los terraplanistas son poetas. Su visión del mundo es la de un cuento infantil en el que hay dragones al final del mapa y un borde del que podrías caer si caminas demasiado lejos. Su rebeldía no es contra la forma de la Tierra, sino contra el vértigo que provoca aceptar que vivimos sobre una esfera que flota en el vacío.

Porque la verdadera pesadilla no es que la Tierra sea plana. La verdadera pesadilla es que sea redonda, infinita y sin un borde del que agarrarse.

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